“El implante coclear tuvo un gran impacto en mi bienestar. Quiero llevar mi procesador de sonido en todo momento”

Con 72 años, Karin, socióloga jubilada, decidió optar por un implante coclear para dar solución a la pérdida auditiva severa que padecía en su oído izquierdo. Admite que el proceso de rehabilitación ha sido complicado, pero que su perseverancia ha sido recompensada con una excelente mejora en su audición y perspectiva de la vida.

Karin comenzó a perder audición en 1967. En ese momento, trabajaba en una oficina y se había dado cuenta de que al hablar por teléfono le resultaba cada vez más complicado escuchar con nitidez. Su pérdida auditiva fue empeorando y justo un año después apenas escuchaba el sonido del teléfono.

En 1968, le colocaron en ambos oídos un audífono convencional. Este le ayudaba en el día a día pero no ralentizó su progresiva pérdida auditiva. En 2014 su pérdida auditiva aumento tanto que el especialista que la trataba le sugirió que probara un implante coclear en su oído izquierdo.

“Hasta el momento, todos los dispositivos Oticon me habían dado buenos resultados. Siempre me aportaban el sonido más fluido y cómodo, y nunca me sentía cansada al llevarlos. Pero Oticon no contaba con ningún implante coclear por lo que decidí esperar hasta que lo tuvieran.”

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Primer implante coclear de Oticon Medical

En 2015, Oticon Medical sacó al mercado «Neuro», su primer implante coclear, y Karin estaba preparada para probarlo, aunque solo fuera por su familia.

“Tengo dos nietas pequeñas y me costaba muchísimo escuchar sus agudas vocecitas. Al ser niñas pequeñas, no eran conscientes de mi pérdida auditiva cuando hablaban, por lo que me resultaba mucho más difícil”

Optar por un implante coclear no fue una decisión que Karin tomó a la ligera ya que conlleva una cirugía y meses de rehabilitación. Sin embargo, estaba preparada para asumir ese riesgo. En las semanas anteriores a la cirugía, lo único que le preocupaba era la anestesia, pero cuando llegó al hospital la noche previa a la operación, sus nervios desaparecieron por completo.

“Recibí un trato excepcional por parte del personal del Gentofte Hospital y no tuve que preocuparme por nada, hasta la comida era buena. Tras la cirugía, me encontraba bien. No sentí ningún dolor, además de que no hubo ningún tipo de problema, por lo que me dieron el alta al día siguiente. De hecho, el mayor problema fue que me tuvieron que afeitar la cabeza por la zona del implante. Y en el hospital no es que sean peluqueros profesionales”, admite Karin riéndose. 

Rehabilitación y entendimiento del habla

Con el implante colocado, el siguiente paso consistía en obtener un procesador de sonido e iniciar el proceso de rehabilitación a fin de ayudarle a adaptarse a los nuevos sonidos. El Hospital de Gentofte cuenta con un amplio programa de rehabilitación en el "Centro de comunicaciones" que era el que seguía Karin. Karin se sorprendió al conocer el periodo de rehabilitación que necesitaba, pero poco a poco comenzó a notar los progresos.

“Cuando me adaptaron por primera vez el procesador de sonido 4 semanas después de la cirugía, parecía que me encontraba en un corral lleno de gansos. No podía creerlo. Fue bastante impactante. Pero mejoré. Al cabo de seis días, escuchar a través del procesador de sonido se había convertido en una sensación bastante cómoda, pero seguía sin poder distinguir las palabras. Tras un par de semanas, todo cambió y ya podía escuchar palabras. Un mes después de colocarme el procesador de sonido, mi novio me leía un libro mientras yo escuchaba, únicamente con el implante coclear, ¡y lo entendía todo! Me acuerdo que en ese momento pensaba, ¿por qué motivo habrá elegido ese libro?’”

Desde ese momento, el progreso ha sido impresionante y, hoy, Karin lleva en todo momento su procesador de sonido con implante coclear, ya se encuentre en casa, en la calle o en el gimnasio.

Amplia gama de sonidos

“Con el implante coclear, siento que puedo escuchar una gama más amplia de sonidos. Por ejemplo, soy capaz de distinguir otros idiomas al ver programas de Suecia o Inglaterra en la televisión. También soy capaz de centrarme mucho mejor en el habla cuando existe un ruido de fondo, ya que los sonidos no se topan entre sí, como sí ocurre con los audífonos normales. Fue una diferencia bastante notable.”

Hace poco, Karin tuvo una experiencia bastante agradable en una fiesta donde fue capaz de mantener una conversación con una persona que se encontraba junto a ella, mientras había 15 personas más en la habitación. Sin duda alguna, fue un gran cambio para ella desde que se puso el implante.

Su nueva experiencia auditiva no solo ha tenido un impacto en el entendimiento del habla. "El implante coclear tuvo un enorme impacto en mi bienestar. Quiero llevar mi procesador de sonido en todo momento. Me lo pongo directamente por la mañana y ahora mi cerebro se adapta en menos de un minuto. Pero al principio me costaba mucho más".

Con la ayuda del implante coclear, Karin también puede escuchar y comunicarse con sus nietas. "Soy capaz de responder a todas sus preguntas y seguir el ritmo de su conversación, aunque no paren de hablar"

Karin es la primera persona en admitir que ha sido complicado adaptarse al implante coclear. "Conlleva emplear mucha energía, pero cada vez que se ajusta su configuración, le saco mayor partido. Gracias al implante coclear comprendo mucho mejor que con los audífonos. Ha sido todo un reto mental, pero sin duda alguna, ha valido la pena".