La elección del procesador de sonido Ponto ha sido un gran alivio para sus padres, que han debido tomar decisiones importantes durante los últimos años sobre cómo hacer frente a su hipoacusia. “No tuvimos ni la menor idea de que Oscar sufría hipoacusia en un oído hasta ese momento, en la consulta del médico cuando tenía cinco años”, explica la madre de Oscar, Camilla.
Ningún signo de hipoacusia
A pesar de haber acudido a numerosos chequeos después de la meningitis, la familia no había sido informada de que la hipoacusia podría ser un problema y nadie había observado cambios conductuales en Oscar que indicaran dificultades auditivas.
"Durante la revisión, me quedé impactada. No me lo esperaba para nada. Nos dijeron de una forma muy brusca que no oía bien con su oído derecho. Posteriormente, nos dieron un folleto sobre niños con hipoacusia profunda. Sin embargo, nadie nos dijo lo que podíamos hacer en realidad", continúa Camilla.
Aunque el diagnóstico de pérdida auditiva unilateral (pérdida auditiva unilateral) pilló por sorpresa a Oscar y sus padres, había una esperanza en forma de prótesis auditiva osteointegrada. Esta utiliza la capacidad natural del cuerpo de enviar vibraciones sonoras al oído interno a través de la conducción ósea. Es capaz de captar sonido en el oído afectado por la hipoacusia y transferirlo al oído funcional, lo que facilita enormemente la comprensión del habla en el oído afectado.
El paso por el laberinto médico
En el hospital no había mucha información disponible, por lo que Camilla realizó su propia investigación en Internet. Asimismo, se puso en contacto con el médico de cabecera de la familia, que remitió a Oscar a un especialista en otorrinolaringología. En esta cita, el especialista recomendó a la familia que se pusiera en contacto con un audiólogo pediátrico. Aquí fue donde conocieron las prótesis auditivas osteointegradas.
“Empecé a investigar las prótesis auditivas osteointegradas en Internet y encontré algunas páginas web de pacientes, pero necesitaba más información sobre los niños que padecen hipoacusia en un oído. Yo sabía que la hipoacusia en un oído afecta a los aspectos psicológicos y sociales del desarrollo de un niño, y quería obtener toda la información disponible para poder tomar la mejor decisión para mi hijo”, afirma Camilla.
La cinta dio una idea del resultado final
Le decisión de tener un procesador de sonido osteointegrado significa tener que realizar una cirugía menor para colocar un pequeño implante de titanio en el hueso situado detrás de la oreja. Una vez que la herida ha cicatrizado, el procesador de sonido se coloca en un pilar y puede enviar ondas sonoras a través del hueso directamente al oído interno. Sin embargo, antes de la cirugía, el procesador de sonido puede probarse en una cinta de prueba, una cinta o una cinta para la cabeza. Esto permite al usuario hacerse una idea de lo beneficioso que puede ser el procesador en diversas situaciones diarias y permite a la familia decidir si la solución es adecuada para su hijo.
“Cuando empecé el colegio llevaba la cinta. Era un poco fastidioso, pero realmente me ayudó a oír mejor, tanto durante las clases como en los descansos", afirma Oscar.
Camilla también confirma que observaron un cambio inmediato en Oscar cuando comenzó a utilizar el procesador de sonido en la cinta. En cuanto lo encendió, su cara se iluminó.
Ninguna decisión tomada a la ligera
Tras un periodo llevando la cinta y experimentando la diferencia que supuso para su capacidad auditiva, Oscar y sus padres hablaron con el especialista en otorrinolaringología del hospital sobre la posibilidad de pasar de una cinta a un implante.
“Como padres teníamos que hablar sobre las ventajas y los inconvenientes de un implante, pero al final creímos que un implante osteointegrado proporcionaría a Oscar la mejor solución a largo plazo”, explica Camilla.
Compartir preocupaciones, encontrar ayuda
Al igual que la mayoría de los padres cuyos hijos deben someterse a cirugía, la madre de Oscar estaba nerviosa y tenía muchas preguntas. Los doctores y el personal médico del hospital respondieron a la mayoría de estas preguntas, pero Camilla encontró otra fuente de información de incalculable valor en su búsqueda de respuestas.
“Encontré algunos grupos fantásticos en la red. Me ayudaron a obtener información sobre la solución y me dieron la oportunidad de hablar con otras personas en la misma situación. Aquello realmente me ayudó a ver el implante desde el punto de vista del niño”.
Someterse a cirugía
Una vez tomada la decisión principal de ponerse el implante, la siguiente decisión correspondía al cirujano. La cirugía puede realizarse en un acto quirúrgico o en dos. Si se opta por dos actos quirúrgicos, el primero comprende el implante y el segundo, el pilar. En niños como Oscar y en otros pacientes con huesos blandos, en mal estado o finos, suelen utilizarse dos actos quirúrgicos.
En mayo de 2012 Oscar se sometió a la primera cirugía, y cuatro meses después se le colocó el pilar. Aunque la familia estaba nerviosa, el procedimiento fue sencillo y todo salió según lo planeado.
“Tuve que madrugar muchísimo, y mi madre me llevó al hospital. Era raro saber que me iban a operar. Tomé un medicamento y me quedé dormido. Pero cuando desperté, me sentí bien”, explica Oscar.
Vida diaria con el procesador de sonido Ponto
El período de convalecencia posterior a la cirugía fue bien, y Oscar tuvo su procesador de sonido según lo planeado. “Todo fue muy distinto a partir de entonces, y tuve que acostumbrarme. Tener un procesador de sonido Ponto lo ha cambiado todo. Me resulta mucho más fácil seguir las clases y jugar con mis amigos”, dice Oscar.
Camilla ve también que Oscar tiene más energía al final del día, porque ya no le resulta tan difícil llevar todo adelante.
Fácil de mantener limpio
Ocuparse de la higiene del pilar se ha convertido rápidamente en parte de la vida diaria de Oscar. Camilla y Oscar aprendieron fácilmente a mantener limpia la zona con un bastoncillo de algodón, y Oscar ha aprendido a cambiar las pilas solo.
“Al principio ayudábamos a Oscar a limpiar la zona del pilar y a cambiar las pilas, pero ahora solo lo vigilamos cuando lo hace. El audiólogo también fue de mucha ayuda. Un consejo útil fue tener un día fijo todas las semanas para cambiar la pila”, comenta Camilla.
Perfecto para la escuela
Con su nuevo implante y su nuevo procesador de sonido, Camilla se da cuenta de que a Oscar le resulta mucho más sencillo ir a clase y relacionarse con sus compañeros. El rendimiento del procesador de sonido implantado en el hueso es una mejora considerable sobre la solución de la cinta. Además, es más cómodo y discreto, de modo que muchas veces Oscar se olvida de que lo lleva.
Oscar también puede darle a su procesador el toque final, pues tiene a su disposición distintas pegatinas. No solo le encanta decorarlo, sino que los demás niños del colegio creen que está muy bien.
Viendo las grandes ventajas que el sistema Ponto tiene para Oscar, sus padres saben que darle a su hijo una prótesis auditiva osteointegrada fue, sin duda, la decisión adecuada.